viernes, 5 de enero de 2007

Sordita

Oiga cariño...
los barcos soplan, soplan con el viento que hace... Le enciendo un beso en la memoria, mientras le abrazo estrepitosamente. Cariño, cariño lindo, la luna se pinta de verdes, amarillos, rojos, y le sueno un beso tronado en su oido, de esos que me dice usted despues de dejarla sorda,
-no importa-,
y yo le pregunto,
-te dolió-,
-sí pero no importa- contesta usted o algo parecido desde su boca que adoro... y que quiero recorrer célula a célula, aunque me tarde como citólogo, pero no sería tanto, ya que el citólogo usaría un microscopio y yo uso mis propios labios, mis propios ojos, mis propias células que se pintan de usted. Entonces decía, le mando un beso tronado, tornado que eleve al cielo sus cabellos, cabellos de Sandy donde deseo enredadar mis dedos mientras le doy un beso en su oído que le ha quedado sordito para decirle en voz, no queda pero como usted ya estará sordita, pensará que es un susurro, y le diré... cariño mío, oiga cariño mío cuanto, cuanto le adoro...

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